Teseo, el hijo del rey de Atenas, se ofreció para matarlo, cuando fueran sus compañeros a morir.
Ariadna se enamoró de Teseo y se ofreció a ayudarlo con una espada y un cabdillo de lana, para que no se perdiera allí. Con dos condiciones, sacarla de Creta y casarse con ella, él afirmó.
Cuando Teseo mató al minotauro, volvieron hacia casa.
Por la noche, no navegaban. Pararon en Naxos, y cuando Ariadna dormía, la dejaron allí. No se sabe el motivo. Por la mañana al despertar Ariadna vio que el barco se iba a Atenas sin ella y se puso a llorar.
Afrodita, al verla desolada la llevó a Naxos y le prometió tener matrimonio con otro.
Dionisio y Ariadna se casaron, y él le regaló una corona de diamantes, pero aún así ella no era inmortal.
Ariadna murió, estando aún enamorada y Dionisio lanzó al cielo la corona. Los diamantes, mientras iban subiendo, iban adquiriendo más brillo. Se convirtió en una constelación.
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